Juan López
En atención a la reiteración
del fracaso político para que Haití, mediante elecciones pueda escoger sus
autoridades, a los fines de transitar por la institucionalidad y gobernabilidad
democráticas, el pasado 12 de octubre, publiqué la reflexión “Elecciones en Haití: ¿pa’cuándo
y cómo?”, en la que afirmé lo siguiente:
“Ante esa secuela de fracasos
políticos y militares, nos preguntamos ¿elecciones pa’cuándo y cómo en Haití?
Por eso, hablar de realizar elecciones en noviembre 2025 y juramentaciones en febrero
de 2026 en Haití es una verdadera utopía, porque lo que procede, sin más
dilaciones es la implementación de las siguientes acciones:
“1.- Poner en ejecución la
última resolución del Consejo de Seguridad de la ONU y enviar, a la mayor
brevedad posible, la fuerza militar anti-pandillas para que proceda, a
cualquier costo, con el desarme total y control de las bandas delincuenciales para
imponer la paz social y política que, urgentemente, necesita y merece el
pueblo haitiano.
“2.- Designar una comisión de
funcionarios y técnicos que, en representación de la ONU, administre el Estado
haitiano durante 4 o 5 años consecutivos.
“3.- Que la comunidad
internacional (EE.UU., Unión Europea, CARICOM, FMI, BID y BM) realicen
significativos aportes económicos para levantar el sistema productivo y las
actividades económicas de Haití.
“4.- Luego de comprobado el
desarme, la pacificación, el restablecimiento del orden social, e institucional
y la verificación de que se han creado condiciones objetivas y reales,
entonces, y solo entonces, proceder a montar un proceso electoral democrático,
libre y equitativo para que el pueblo haitiano escoja sus nuevos
gobernantes.”
Consecuente con esos
planteamientos, ahora que llegó noviembre, reiteramos que, con urgencia se
implementen las siguientes acciones:
1.-Desarme total de las bandas
para lograr la imprescindible pacificación. 2.- La ONU designe una comisión
ad-hoc (funcionarios y técnicos extranjeros) para proceda a crear las
condiciones para que, en 5 o 6 años, realizar las elecciones. 3.- Hacer aportes
económicos y alimentarios que coadyuven con la reactivación de la economía
haitiana.
Los países de la región, en
especial la República Dominicana, necesitan que la comunidad internacional
actúe ya, sin contemplaciones ni más demora ante ese drama infernal para que el
pueblo haitiano, cuyas constantes y masivas migraciones por sobrevivencia se han
convertido en un factor que genera crisis socio-políticas que ponen en peligro
la paz social, económica y política de nuestros países.
Ante los fracasos políticos de los anteriores ensayos para solucionar la crisis haitiana, urge que ya se tomen decisiones heroicas y firmes para la pacificación de Haití, a fin de que pueda retornar a la institucionalidad y gobernabilidad democráticas y, de esa forma, impedir que los haitianos sigan siendo peligrosas amenazas para la convivencia pacífica de nuestros países. ¡Son nuestros reiterados clamores ante la lentitud de acción de la comunidad internacional!